Limpieza de cortinas, un lavado para cada tipo de tejido
Artículo revisado por el Comité
Normalmente casi todas las cortinas pueden ser lavadas a máquina, a excepción de que éstas sean muy grandes, de que contengan puntillas o de que hayan sido fabricadas con materiales delicados.
Por lo general, la mayor parte de accesorios que a día de hoy pueden encontrarse en el mercado de la decoración del hogar son lavables. Sin embargo, es fundamental observar y comprobar con atención tanto la forma de nuestra cortina como sus indicaciones de fabricación, en cuya etiqueta podremos encontrar la fórmula secreta para darle toda la higiene que se merece. De no seguir el procedimiento adecuado para cada tipo de tejido nuestra cortina puede desteñirse, resecarse o incluso encogerse.
Normalmente casi todas las cortinas pueden ser lavadas a máquina, a excepción de que éstas sean muy grandes, de que contengan puntillas o de que hayan sido fabricadas con materiales delicados como la seda, el terciopelo o el raso. Los tejidos de poliéster o acrílico pueden introducirse en la lavadora, aunque teniendo siempre muy en cuenta la temperatura de lavado que indica la etiqueta del producto. Es indispensable seguir al pie de la letra las instrucciones aportadas por el fabricante, ya que de este modo conoceremos a la perfección cuál es su verdadera composición y cómo debemos proceder a limpiar la cortina. Además, es recomendable utilizar detergentes suaves y nada agresivos, que no afecten al color de la tela y que no dañen su textura original. Si la cortina presenta mucho polvo o suciedad acumulada puede ponerse en remojo antes de pasar por la lavadora.
Si desconoces con qué tipo de materiales ha sido fabricada tu cortina puedes a acudir a una tintorería para que te aconsejen sobre la mejor forma de lavar este tipo de artículos. Una de las opciones más recomendadas por los centros de fregado y planchado es la limpieza en seco. Se trata de una solución muy adecuada para aquellas cortinas delicadas que no pueden ser mezcladas con ningún otro tipo de producto, por miedo a que éstas pierdan su color o incluso lleguen a encogerse. El lavado en seco no desgasta el tejido y le devuelve a la ropa su aspecto original, dando así la sensación de que nos llevamos para casa una cortina recién estrenada.