¿Cómo se limpian los monumentos más famosos del mundo?

Hay monumentos que son fácilmente reconocibles por la mayoría de las personas de todo el mundo, como la Torre Eiffel de París, el Big Ben de Londres, la Estatua de la Libertad de Nueva York o las esculturas de la Acrópolis en Atenas.

Casi siempre que vemos un monumento así de imponente podríamos pensar, ¿cómo serán las labores de limpieza? No cabe duda de que tienen que estar perfectos todo el año ya que millones de personas los graban y fotografían a diario, y eso hace que su mantenimiento tenga que ser más exhaustivo que en otros casos. Pero...

¿Cómo se limpian?

• Big Ben: se le realiza una limpieza a fondo cada 5 años, y los limpiadores tienen que escalar la torre, de casi 100 metros, para limpiar sus 4 relojes. Cada uno de los relojes tiene 312 piezas de cristal y ninguno de ellos se detiene durante la limpieza, son los trabajadores los que tienen que ir esquivando las manecillas para poder limpiarlo. Su próxima limpieza está programada para el año 2016.

• Estatua de Lincoln: su limpieza se realiza dos veces al año, comenzando por un potente chorro de agua a presión. Con unos grandes algodones se retiran los bichos muertos y las heces de aves, que suelen concentrarse en la parte de las orejas.

• Torre Eiffel: una vez al año, los trabajadores encargados de su limpieza utilizan unas 10.000 dosis de productos limpiadores, 25.000 bolsas de basura y 4 toneladas de trapos. Es el monumento más fotografiado del mundo, ¡así que tiene que estar perfecto!

• Esculturas de la Acrópolis: en este caso, su limpieza se hace a diario. Después de probar más de 40 técnicas, hace unos años se estableció que la más adecuada era combinar rayos láser con rayos ultravioleta. Los encargados de hacerlo utilizan gafas protectoras y utilizan los rayos láser un tiempo máximo de dos horas al día.

• Estatua de la Libertad: aquí hay un pequeño problema, y es que los encargados de su conservación no quieren que se lave el exterior porque hacerlo de manera frecuente causaría daños. Lleva mucho tiempo sin recibir una limpieza externa, aunque sí se hace de forma frecuente en el interior.

Como ves, no resulta nada fácil limpiar un gran monumento, y mucho menos cuando tienes la gran responsabilidad de que es uno de los más importantes del mundo.