¿Qué tener en cuenta a la hora de contratar un conserje?

¿Sabes a qué se dedica realmente un conserje? En GuiaLimpieza queremos hablarte de este colectivo y de aquello que debemos tener en cuenta a la hora de contratar sus servicios.

17 JUL 2018 · Lectura: min.
¿Qué tener en cuenta a la hora de contratar un conserje?

El conserje es el profesional que se encarga de la limpieza, custodia y mantenimiento de una comunidad de vecinos, un espacio público o un edificio. Es, por tanto, la persona que vigila la entrada de personas al inmueble, pero también es el encargado de mantener este en perfectas condiciones.

En muchos puntos de España adoptan el término de portero, pues comparte funciones con este, aunque este empleado suele ser un propio inquilino de la vivienda que custodia y limpia, una persona que vive en la portería que muchos edificios antiguos tienen, a diferencia del conserje, que es un trabajador ajeno a la finca o edificio público que vigila.

La contratación de un conserje no es una tarea tan sencilla como puede parecer a simple vista. Aunque a priori pensemos que las funciones que realiza son simples, es necesario que el conserje cuente con una serie de requisitos especiales para poder desempeñar su puesto con profesionalidad.

¿A qué debemos prestar atención para contratar a un conserje?

Para que el profesional que contratemos sea serio y responsable, este tiene que contar con una serie de requisitos, a saber:

  • Debe tener buena presencia física. No se trata de que busquemos a un profesional guapo y con un cuerpo diez, sino a un empleado cuya presencia no cause miedo, incomodidad, malestar… o que desprenda mal olor. Un trabajador que sea limpio y cuidadoso con su aspecto. Hay que tener en cuenta que será la primera cara que cualquiera vea nada más entrar, por lo que debe dar buena impresión.
  • Debe saber comportarse. Está en contacto directo con los vecinos o profesionales que trabajen en el edificio y con aquellas personas que accedan a él. Por lo tanto, debe ser atento, cuidadoso, respetuoso, educado, etc. No es necesario que sepa protocolo, sino que tenga un mínimo de decoro y sepa comportarse adecuadamente. A nadie le gusta entrar en un edificio y que el conserje te conteste masticando chicle, que esté fumando o bebiendo, con los pies sobre el mostrador o suelte exabruptos.
  • Debe ser responsable. Como cualquier trabajador que se precie, tiene que ser responsable y desarrollar su labor de manera seria y profesional. Se encargará de la limpieza y mantenimiento del edificio o del espacio público. Por eso mismo, tiene que saber desempeñar su trabajo y, obviamente, tiene que hacerlo. A no ser que hayamos contratado los servicios profesionales de una empresa de limpieza y mantenimiento, razón por la cual su única función sería la de recibir a vecinos y ajenos al edificio, normalmente tendrá que organizar su trabajo para que las labores de vigilancia y atención se complementen con las de limpieza y mantenimiento. Un conserje que mantiene las zonas comunes sucias, con restos de papel o polvo, que no limpia los cristales de la puerta, que no desinfecta la entrada al edificio ni sanea las escaleras no estará haciendo bien su trabajo.

Por tanto, un buen conserje debe saber realizar sus funciones de manera eficiente y eficaz. Pero no nos olvidemos de que se trata de un profesional, por lo que debe contar con su contrato, con un horario establecido previamente, con sus vacaciones y días de permiso… En definitiva, su trabajo debe desarrollarse al amparo de los derechos de los trabajadores y deben, asimismo, recibir un trato educado y respetuoso por parte de aquellos que acceden, residen o trabajan en el espacio que custodia.

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