Aspectos a tener en cuenta en la limpieza de locales
Artículo revisado por el Comité
La limpieza de locales es un servicio que incluye el desarrollo de trabajos tales como la limpieza de cristales, escaparates, fachadas...
Cuando tienes una empresa, lo prioritario es causar buena impresión a tus clientes. Además del servicio que ofreces o de la calidad de los productos que vendes, es imprescindible que tu negocio esté limpio, pues esta es tu mejor carta de presentación al público.
Lo primero que un cliente ve cuando entra en tu local es el estado en que este se encuentra. Por eso, tanto la apariencia (es decir, que los muebles no están rotos o deteriorados…) como la limpieza son clave para causar buena impresión.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de limpiar nuestro local?
La limpieza de un local es un trabajo que debe realizarse de manera habitual. Aunque le pasemos la bayeta del polvo diariamente, hay que prestar atención a otros aspectos que requieren una acción más profunda, como las estanterías, los cristales, las paredes… Por eso, aunque diariamente realicemos una labor de mantenimiento, hay que llevar a cabo una limpieza profunda cada cierto tiempo.
De este modo, a la hora de limpiar a conciencia nuestro local tendremos que tener en cuenta que ello exige asear y sanear los cristales del negocio, los escaparates (lo que supondrá retirar su contenido para proceder a la limpieza), el mostrador, las estanterías y muestrarios donde está expuesto el género, los aseos (aunque los limpiemos diariamente, hay que lustrar azulejos, juntas…), los vestidores, si contamos con ellos, y los espejos, los muebles de la sala de espera u otros muebles destinados al descanso o la espera de los clientes, el almacén, la fachada, las alfombras o moquetas, los suelos y paredes, etc.
Muchas empresas se encargan ellas mismas de esta limpieza más profunda, pero la gran mayoría de negocios prefiere solicitar los servicios profesionales de empresas expertas en la limpieza de locales, porque, además de contar con maquinaria especializada, ofrecen otros servicios adicionales igual de importantes, como la limpieza de cristales y espejos, la de fachadas (incluso algunas eliminan los grafitis y demás restos de suciedad presentes en ella), la de escaparates… Por ello, cada vez son más los dueños de locales que delegan estos trabajos en profesionales del sector.
¿Qué debemos exigirle a la empresa de limpieza encargada de esta tarea?
Obviamente, que lleve a cabo un trabajo serio y responsable. No puede dejar el trabajo a medias ni hacerlo mal. Debe comprometerse a realizar una labor profesional y eficiente.
También tendremos que pedirle formalidad con los plazos. Si nos dice que el tiempo que necesita para la limpieza de los escaparates es de 3 horas y después tarda el doble, nos causará un gran agravio, puesto que los clientes que acudan a nuestro negocio se encontrarán todo por medio. Para evitar esto, algunos comerciantes exigen llevar a cabo este trabajo por la noche. Si no queremos llevarnos ningún sobresalto, podemos contratar que la limpieza sea nocturna, pero hemos de saber que este servicio suele ser más caro.
¿Qué datos influirán en el servicio que contratemos y en su precio?
Por supuesto, lo primero que determina el servicio y, por tanto, el presupuesto, es el tipo de limpieza que queremos, si solo queremos una en profundidad o si también deseamos que se encarguen de la limpieza diaria.
Los servicios que necesitemos también determinarán el trabajo que desarrollen estas empresas, es decir, si queremos que incluyan la limpieza de las fachadas, la cristalización del suelo, la limpieza de la moqueta, si hay que limpiar cristales y escaparates…
Los metros cuadrados del local y de los escaparates, así como la situación en la que el local se encuentre son otras cuestiones a tener en cuenta, por cuanto si está muy sucio o el local es muy grande será necesario que el servicio lo desarrolle más personal, lo que incrementará, por tanto, el presupuesto.
Por último, también habrá que determinar si la limpieza incluye piezas frágiles o delicadas, como vidrios, joyas, cuadros… En estos casos, el trabajo debe ser más exigente y el precio será igualmente mayor.