Cómo elegir un detergente adecuado

A la hora de comprar un detergente muy pocas veces nos paramos a pensar en cuál es el adecuado para la superficie que vamos a fregar. De hecho, solo nos paramos a pensar en ello cuando necesitamos limpiar superficies delicadas y  somos conscientes de que debemos optar por un producto neutro que no las dañe.

31 OCT 2011 · Lectura: min.
Un uso correcto del detergente puede hacer que ahorremos dinero, tiempo y esfuerzo. Para ello debemos valorar tanto el tipo de suciedad como la  superficie  a limpiar.

A la hora de comprar un detergente muy pocas veces nos paramos a pensar en cuál es el adecuado para la superficie que vamos a fregar. De hecho, sólo nos paramos a pensar en ello cuando necesitamos limpiar superficies delicadas y somos conscientes de que debemos optar por un producto neutro que no las dañe.

Los expertos en limpieza afirman que existe un tipo de detergente adecuado para cada textura a limpiar y para el grado de suciedad al que vamos a hacer frente. Por ejemplo, para limpiar las incrustaciones de un baño necesitaremos un detergente ácido, mientras que los alcalinos son ideales para limpiar botellas porque no dejan residuos.

Antes que nada, debemos dejar muy claro cómo es el detergente perfecto: humectante, capaz de eliminar la suciedad de las superficies y mantener los residuos en suspensión. Además, tiene que poder enjuagarse fácilmente para poder eliminar todos los residuos.

Si hablamos de los detergentes alcalinos tenernos que saber que una de sus principales características es la alcalinidad activa, que puede reaccionar para que se elimine de manera efectiva la suciedad, a la vez que protege los útiles de limpieza contra la corrosión. Por otra parte, los ácidos son ideales para la higiene sanitaria por sus características de disolución.

Un uso correcto del detergente puede hacer que ahorremos dinero, tiempo y esfuerzo. Para ello debemos valorar tanto el tipo de suciedad como la  superficie  a limpiar. Si queremos eliminar manchas de grasa o de sangre y huevo (es decir, proteínas), necesitamos primero disolverlas en una solución limpiadora y después transformarlas en sustancias solubles. Para este proceso, es perfecto usar detergentes alcalinos.

En cambio, si queremos  limpiar los baños y cocinas de manera eficaz y eliminar incrustaciones y manchas de óxido, una buena opción son los detergentes ácidos, que ayudan a que se despeguen de donde están adheridas.

Pero en la limpieza también es habitual que necesitemos sacar la suciedad y, a la vez, eliminar la posible contaminación bacteriana que haya podido originar la misma mugre. En estos casos, hay que combinar los detergentes ácidos con los alcalinos para conseguir que se desprenda la suciedad, se mantengan los  microorganismos en suspensión y, después, se eliminen los residuos – tanto de la suciedad desprendida como del detergente - con un enjuague.

Foto: Toda Una Vida

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