Cómo limpiar los adornos de Navidad
Artículo revisado por el Comité
Durante las tres semanas que duran las fiestas navideñas las rutinas de la casa continúan, por lo que deberán incluir a aquellos adornos con los que hemos engalanado nuestro hogar.
La limpieza de estos elementos comienza desde el mismo instante en el que los sacamos de la caja. Aunque los hayamos guardado limpios, tras un año almacenados en el trastero o en un armario de casa, habrán acumulado polvo. Por eso, antes de colocar el árbol, es recomendable limpiarlo todo bien para que brillen más y no resulten molestos para aquellas personas que tienen alergias.
Empezaremos por el árbol. Para eliminar las pelusas y los restos de polvo lo ideal es hacerse con un plumero o una bayeta seca y pasarla por cada rama. Una vez hayamos hecho eso, podremos pasar otra bayeta, esta húmeda, para retirar la suciedad y acabar con el olor a cerrado. Podemos ayudarnos con agua tibia y jabón.
Con esa misma bayeta húmeda podremos limpiar después las bolas y demás objetos del árbol. Para secar el exceso de humedad, emplearemos un poco de papel de cocina. Así no dejaremos huellas de agua y lucirán una vez las hayamos colgado.
Limpiar las luces es otro cantar, pues aquí no podemos emplear agua, algo lógico. Por tanto, para retirar la suciedad del año anterior podemos pasar un trapo por las bombillitas o un pequeño pincel.
Además de las bolas, del árbol pueden colgar otros adornos realizados en distintos materiales, como tela, papel… Estos se limpiarán con un trapo seco para evitar que el agua deteriore los objetos.
Una vez tengamos el árbol montado, debemos incorporar su limpieza a nuestra rutina doméstica mientras duren las fiestas para que el polvo no se acumule demasiado. Para ello, nada mejor que pasar un trapo seco cada semana para mantener a raya las pelusas y los ácaros.
¿Y qué pasa con los elementos que componen el belén?
Como la mayoría de los nacimientos están realizados en resina, se pueden limpiar con facilidad. Nos ayudaremos de un pequeño barreño con agua tibia y jabón y una bayeta y se la pasaremos a todos los integrantes de nuestra representación navideña. En cuanto a portal, dependerá de cómo sea. Si también es de resina, podremos limpiarlo como las figuras, pero si es de corcho o madera, lo ideal es que la bayeta esté seca. Para ayudarnos, podemos usar también un pincel o brocha que arrastrará el polvo presente en grietas y pequeños orificios.
Si las figuras que componen el belén son de un material que no se puede mojar, tendremos que limpiarlas en seco.
Como en el caso del árbol, cada semana habrá que pasarles un trapo a las figuras para que no se acumule demasiado polvo. Si hemos usado musgo, tierra, serrín y demás elementos en nuestro portal, habrá que tener cuidado para que no acaben en el suelo.
Recuerda que cuando terminen las fiestas habrá que guardar todo de nuevo. Es el momento perfecto para limpiar los adornos con un trapo seco antes de meterlos en las cajas. Así, al año siguiente no estarán demasiado sucios.